VALENTINO VIVACQUA, ISABELLA MESSINA.
La historia de Julio Vera, un soldado sobreviviente de las Cruzadas.
Después de que el papa Urbano II ordenara el inicio de la guerra contra los musulmanes con el objetivo de recuperar su Tierra Santa, millones de vidas fueron arrebatadas. Las Cruzadas habían comenzado.
Entre las millones de vidas que se perdieron, también hubo personas que sobrevivieron. Julio Vera es un soldado cristiano de 22 años que luchó para recuperar Jerusalén , quien afirma que el campo de batalla estaba cubierto de sangre y de cadáveres: "Es una imagen terrorífica que nunca voy a olvidar". Además, recordó a Ramón Lubo, uno de los amigos que hizo en la guerra: "Lamentablemente, Ramón no se encuentra con nosotros para contar su historia, pero yo les puedo asegurar que era un gran hombre y que no merecía un final así: acuchillado por la espalda queriendo salvar mi vida pero poniendo en riesgo la suya". Existen muchas historias, iguales a esta, sobre amistades de soldados que surgieron en esta guerra, pero pocas lograron sobrevivir.
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Una de las victimas de las Cruzadas en su ultimo momento de vida. |
El motivo por el cual Vera decidió participar de las Cruzadas es el mismo de muchos otros soldados: “Cuando escuché sobre esto, el Papa aseguró que todo aquel que formará parte de la guerra obtendría un lugar en el Cielo y sería perdonado por todos sus pecados, por haber contado con el valor y la valentía de luchar en el nombre de Dios”. Vera contó que después de haber escuchado esto, sintió que debía hacerlo. La familia del soldado no estaba muy segura de su decisión, pues Julio tendría que dejar su hogar (con su esposa e hijos), sin saber si algún día volvería a casa. Sin embargo, él les dijo: “No se preocupen por mí, Dios me está cuidando y me protegerá en todo momento ya que estoy peleando por Él”.
Los alimentos que tenían día a día eran bastantes simples. Solían comer verduras o frutas pero no demasiado porque si quedan muy satisfechos, podían tener desventajas a la hora del combate. También tenían que suministrar aquellos nutrientes para de ese modo nunca quedarse sin comer: "Hubo días en los que no comía porque no teníamos suficientes verduras para el resto del viaje o para no tener problemas estomacales. Nos decían, mientras acampamos, que comer mucho te volvía más lento y más visible para el contrincante".
Al finalizar la Primera Cruzada, se establecieron tres estados cruzados, y entre uno de estos se encontraba el Condado de Enesa. Hace unos meses, San Bernardo de Claraval anunció el comienzo de la Segunda Cruzada en nombre del Papa Eugenio III, luego de la caída del condado.